A pesar de mejoras, los estudiantes siguen abandonando la escuela
- Paideia
- 30 may 2019
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UN ESTUDIO MEXICANO COMPARA 12 PAÍSES
Por: Juan Zamprile
Muchos jóvenes deciden terminar con sus estudios para mantener a la familia, otros pierden la motivación en el camino.
Entre los objetivos planteados por Naciones Unidas en la Agenda 2030 está lograr que la educación sea inclusiva, equitativa y de calidad. En América Latina la tasa de escolarización de la población de 15 a 17 años ascendió de un 69,4% en 2000 a un 76,6% en 2013. Sin embargo, la deserción escolar sigue figurando como un problema público relevante.
Un estudio publicado en la Revista Latinoamericana de Educación Comparada explica el abandono escolar desde tres dimensiones: la vulnerabilidad social, la desintegración académica y la constitución de sujetos. El autor mexicano, Francisco Miranda López, es investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Centra su estudio en las políticas públicas que 12 países de Latinoamérica aplican para afrontar este problema.

La situación de carencia en la que se encuentran muchos jóvenes latinoamericanos los lleva a utilizar el tiempo para la subsistencia de la familia antes que para sentarse a estudiar. Los programas orientados a atender factores de vulnerabilidad desde la ayuda económica son los que más predominan en esta región.
“Se ve la ausencia del Estado. Falta que se trate de manera estructural las condiciones socioculturales y económicas que atraviesan las familias para que estas puedan cumplir con su obligación de mandar a sus hijos a la escuela”, declara Cristina Collazo (48), directora de Secundaria en la Escuela 26, barrio Las Tunas.
Por otro lado, la desintegración académica es resultado del nulo involucramiento de los estudiantes con el contexto escolar. El abandono es consecuencia de la incompatibilidad, y por lo tanto de la tensión, entre los valores de las instituciones y los valores de los estudiantes. “Dejé la escuela porque perdí la motivación”, cuenta Silvia Butelli, que solía asistir a la Escuela 50 en Pacheco, Tigre.
El estudio detecta que 12 de las 39 políticas de la región influyen en fomentar la permanencia escolar a través de factores relacionados con la desintegración académica. Estos apoyos usualmente consisten en proveer materiales y capacitaciones para facilitar el uso de formas pedagógicas más flexibles y adaptadas a las necesidades de los estudiantes.

La tercera dimensión analizada es la constitución de sujetos. Se considera que el ambiente escolar influye tanto en la socialización de los estudiantes y en la relación con sus docentes como en la construcción de la sociedad. Si el estudiante tiene un vínculo débil con la institución, la capacidad de éste como espacio de socialización disminuye.
“La escuela debe buscar generar espacios que le den un valor añadido a la experiencia escolar, más allá de lo académico. En este sentido, sólo la experiencia de la Argentina plantea la realización de actividades deportivas, artísticas y culturales”, afirma Miranda López.
Las tres acciones de política pública analizadas que buscan atender cuestiones relacionadas con la subjetivación y la construcción del sujeto se centran en el apoyo psicosocial de los estudiantes. Estas acciones son: Asistiré en Argentina, Retención Escolar en Chile y Construye en México.
Según un informe publicado en 2018 por el Observatorio Argentinos por la Educación, en promedio, 57.023 estudiantes dejan su curso cada año. Esto equivale aproximadamente a la capacidad de La Bombonera, estadio de Boca.

Miranda López concluye en que las escuelas deberían formar personas y no “expertos”. Deben ser instituciones que desarrollen competencias y conocimientos útiles para la vida y no esquemas abstractos o conocimientos que sirven para aprobar exámenes y pasar de año.
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