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Marisol Tabanera: "La educación hoy está estancada y desactualizada"

  • Foto del escritor: Paideia
    Paideia
  • 5 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

LA SOLIDARIDAD EN LA EDUCACIÓN


A lo largo de su vida, trabajó tanto en el ámbito privado como en el público. La clave, para ella, está en brindarles un apoyo afectivo y emocional a aquellos alumnos que lo necesiten.


Por: Juan Raúl Oyhanarte


En su tiempo libre, Marisol lee. Conserva los libros que más la hayan influenciado en su vida. (J.R.O.)

Por la tarde, Marisol Tabanera suele trabajar desde su casa. Son el mismo sillón, la misma computadora y el mismo perro quienes están siempre presentes en esta rutina. No obstante, que la serenidad del escenario no disimulen el desgaste y cansancio del trabajo actual de Tabanera.


Marisol tiene 58 años y está hace ya dos años trabajando en la Red de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, una acción del gobierno de dicha provincia. Tabanera coordina el área de Aprendizajes Basados en Proyectos: busca cambiar el método de enseñanza en 2.000 escuelas, poniendo al alumno en el centro. Se capacitan maestros y directivos en función de una educación más emocional, capaz de entender el contexto del alumno. “Los chicos no aprenden, o aun peor, dejan la escuela y ni la terminan. Eso no puede pasar”, sostiene firmemente la entrevistada.


Hoy, solo la mitad de los jóvenes estudiantes en la Argentina terminan el secundario. La licenciada en Ciencias de la Educación de la UBA sostiene que si un maestro que ejerció su profesión hace cien años despertara hoy y tratara de hacerlo, podría hacerlo perfectamente (a diferencia de un médico, por ejemplo). Bien podría adaptarse al método educativo actual, ya que se encuentra “desactualizado, estancado y en crisis”. Según ella, esta crisis no es solo nacional, sino que su raíz es mundial. El método educativo no evolucionó, no busca comprender a los alumnos, y los jóvenes lo notan.


Marisol trabajó en el ámbito privado antes de dedicarse al público. Agustín Díaz, uno de sus tutorados del colegio Pilgrims College, donde trabajó hasta el 2014, la considera “una de las mujeres más solidarias” que conoce. No es casualidad que si Marisol tuviera que elegir un superpoder, elegiría el de curar personas. Ella siempre vinculó su trabajo con la solidaridad. Para Tabanera, la educación es un medio para que “el otro pueda conocerse a sí mismo”. Si bien se cansa más dedicándose al ámbito público, no considera que por eso le guste menos. Lo siente un deber solidario. "Con educación se cambian vidas”, afirma la entrevistada. Agrega que es la única forma de achicar la brecha y lograr la equidad en el país.



Marisol Tabanera cuenta con qué soñaba ser de chica.


Está casada y tuvo cuatro hijos. Uno de ellos falleció en un accidente de auto hace diecisiete años. Su religión la consuela enseñándole que de todo se aprende, y que hoy es quien es por sus experiencias. Tanto sus creencias católicas como sus marcas personales constituyen su forma de trabajo. “Uno no puede separar una cosa de la otra”, sostiene. Fueron estas tragedias las que le permitieron aprender a valorar lo que la rodea, y lo traslada a su trabajo: “Esas cosas te hacen dar cuenta qué importa y qué no, qué es urgente y qué no (…) La educación hoy está en crisis y no hay tiempo que perder”. En efecto, elige dedicarse a lo que la hace feliz, ya sea a su vocación o a la práctica de sus hobbies: la fotografía y la jardinería.


No son falta de motivación o de objetivos lo que la hace, hoy, no tener metas a futuro. Considera que a lo largo de su vida pudo alcanzar lo propuesto. Aun así, quiere seguir ayudando siempre y cuando pueda. Hacerse a un lado cuando sea conveniente. Para ella, de eso se trata: “...de ayudar desde el lugar de uno, como uno pueda. No lo veo tanto como un deber porque lo disfruto”, concluye serenamente.


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