Esteban Bullrich, la familia como prioridad para generar un cambio político
- Paideia
- 5 abr 2019
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Actualizado: 6 jun 2019
EL CAMINO POLÍTICO DEL EX MINISTRO DE EDUCACIÓN
A los 49 años pasó por cargos legislativos y ejecutivos con desafíos sociales y personales, pero con el fin de un cambio en la política argentina.
Por Merlina Gamboa Sullivan
"En ese banco se sentó Sarmiento”, dice el ex ministro de Educación de la Nación y actual senador por la provincia de Buenos Aires del partido Cambiemos, Esteban José Bullrich, mientras con orgullo palmea el mueble histórico ubicado en su despacho.

A pesar de ser Licenciado en Sistemas, confiesa que siempre le interesó la política. En el 2002, en un contexto de crisis económica, Bullrich con 33 años fue padre por primera vez. “Cuando ví por la ventana los problemas que había en el país me di cuenta que esta Argentina no era la que quería dejarles a mis hijos”, declara el senador. En ese año, renunció a su trabajo para comenzar su carrera política con Ricardo López Murphy en el partido Recrear. Agrega que su mujer lo apoyó y sigue apoyando.
En el 2005 fue electo diputado por la Ciudad de Buenos Aires y en el 2007 fue nombrado ministro de Desarrollo Social de la Ciudad. Mientras su carrera política ascendía su vida familiar fue afectada por una noticia: le diagnosticaron cáncer a su hija mayor Luz, de siete años. A los pocos días, fue nombrado Ministro de Educación de la Ciudad. Bullrich reconoce que necesitó mucha organización para estar tanto con su hija, sus otros hijos y su trabajo. “La religión me dio la entereza, la templanza y la empatía para entender y afrontar las dudas que tenía mi hija. Dios, aparte de los médicos, tuvo mucho que ver con la recuperación de Luz”, manifiesta en un tono pausado y sereno.
Bullrich organiza su agenda dando prioridad a su familia dentro de las agitadas tareas y reuniones diarias que tiene un funcionario público. “La política es muy demandante y si uno no pone frenos se come todo”, afirma. Su horario laboral empieza alrededor de las nueve porque antes lleva a sus hijos al colegio, informa Marin Maurette, parte del personal de Bullrich.

Lejos de alejarse de la educación, a finales del mes de marzo presentó un proyecto de ley que limita los días de huelga docente. Ese proyecto llevó a cuestionamientos en los distintos medios de comunicación. Bullrich, a pesar de tener “la piel dura”, admite que es muy difícil lidiar con los medios ya que a nadie le gusta que lo critiquen. “Intento mostrarme abierto a ese planteo permanente”, declara mientras choca su puño con la palma de su mano. “La transparencia a los ciudadanos es una obligación del político y los medios la brindan”, continúa.
Encontró que como senador hay un trabajo de sueño, visión y diseño. “Primero uno tiene que soñar, después transformarlo en una visión más clara y a partir de ahí diseñar una respuesta específica”, explica. A pesar de no ejercer como ministro de Educación, se mantiene en contacto con el ministro actual y el ministro de la provincia de Buenos Aires. Además, busca implementar proyectos de leyes educativos, por ejemplo, sala de tres obligatoria. “Me encanta la educación y sigo creyendo mucho que es la verdadera herramienta para transformar la sociedad”, manifiesta.
Establece que si tiene que elegir no prefiere ningún cargo sobre otro ya que encuentra distintos “condimentos” en cada uno. Bullrich, describe que el trabajo de ministro de Educación de la Ciudad es más puntual, y con más presencia territorial, que el trabajo de ministro Nacional, que da una visión más “macro” de los temas. Actualmente, en el Senado, dice estar de vuelta en una visión más “micro” pero mucho más amplia y dinámica porque no solo se limita a educación sino al empleo, un tema que también confiesa interesarle.

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