Oscar Ghillione, hacia una educación que deje huella
- Paideia
- 4 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 abr 2019
LA HISTORIA DE ENTREGA DE UN EMPRENDEDOR SOCIAL
Trabajó en diversos sectores y puestos, y sin embargo, el objetivo de Oscar Ghillione no cambió: colaborar con la igualdad de oportunidades en la juventud argentina.
Por: Camille Curat

“Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, nada de esto hubiese sucedido”, escribió Albert Camus al señor Germain, su maestro de primaria, luego de ganar el Premio Nobel de Literatura en 1957. De la misma forma, Oscar Mauricio Ghillione, actual secretario de Gestión Educativa, afirma que un agente clave en los inicios de su vocación por la educación fue Hernán, su profesor de Educación Cívica en tercer año del secundario en el Colegio San Pablo. Cuenta que fue este el primero en sembrar preguntas en él que hasta el momento jamás se había hecho.
Pese a que la educación secundaria es obligatoria en Argentina desde 2006, estudios realizados por el Ministerio de Educación en 2017 afirman que solo el 32 por ciento de los alumnos argentinos termina el secundario estatal. Consciente de esta realidad, Ghillione desarrolló desde su adolescencia un marcado sentimiento de responsabilidad ante un mundo al que consideraba con desigualdad de oportunidades.
Antes de abocarse de lleno a la educación, con su licenciatura en Administración de Empresas de la Fundación UADE en curso, trabajó en el negocio familiar dentro de la gestión de una empresa de seguros, pero su tiempo dentro de ella estuvo lleno de desafíos. Al contexto de recesión que estaba atravesando el país, se añadió en 2002 el procesamiento de prisión preventiva de su padre (de igual nombre) por evasión del IVA e insolvencia fiscal fraudulenta de la firma “Investigaciones Duque S.A.”. Finalmente, la empresa cerró en 2005, y el alejamiento del mundo empresarial dio a Ghillione la oportunidad de “conectar con algo más vocacional” ligado a lo social.
Su ya arraigado interés por la educación, combinado con una fuerte convicción hacia la justicia social, llevaron a que Ghillione, con 31 años, fundara en 2009 Enseñá por Argentina, un movimiento educativo que selecciona y capacita jóvenes profesionales para enseñar en los sectores más vulnerables del país. Fue un proyecto que necesitó de gran compromiso, constancia y perseverancia, pero que finalmente logró asentarse y hoy desarrolla a más de 150 comunidades en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Salta y Jujuy.
Oscar Ghillione explica aquello que lo impulsó a fundar Enseñá por Argentina. (C.C.)
Luego de 8 años como director ejecutivo de Enseñá por Argentina, en 2017 Ghillione se retiró de la gestión de la organización para trasladarse a la función pública. Con una mirada positiva al respecto, sostiene: “Creo que el éxito, justamente, está en irse y en que lo que emprendiste siga funcionando, no que funcione porque estás vos”. Esta política de trabajo en equipo integrado lo caracteriza en el ámbito laboral. “Como líder, es un ejemplo de aprender a confiar, delegar y generar responsabilidad en el otro”, asegura Marisol Tolis, quien trabaja con él desde fines del 2018.
Desde su incorporación al mundo político, las circunstancias lo llevaron a ocupar, en tan solo dos años, numerosos cargos dentro del Gobierno. En primera instancia, asumió como director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET). Luego pasó a ocupar el cargo de coordinador de proyectos en la Jefatura de Gabinete de Ministros y, por último, desde noviembre del 2018 como secretario de Gestión Educativa de Cambiemos en el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
Lejos de desmotivarse por la inestabilidad que conllevan los cargos dentro de la función pública, Ghillione aprovecha cada instancia como oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento, sin apartar jamás la mirada de su objetivo último: ayudar en el progreso en la educación de los jóvenes argentinos. Mauro Conesa, que trabaja con él en el ministerio, asegura: “Para él, la finalidad siempre son los chicos”.
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