Merendazo en el Bajo Flores:¿por nuestros pibes?
- Paideia
- 25 abr 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 jun 2019
Por: Mercedes Urtubey
MANIFESTACIÓN CONTRA LA NUEVA INSCRIPCIÓN A LAS BECAS ALIMENTARIAS
La Multisectorial por la Escuela Pública, organización que nuclea gremios docentes, organizó un merendazo frente a la Escuela n°4 del Bajo Flores para denunciar la escasez de becas y raciones de comida en los comedores escolares.
El sol era el único protagonista en la Avenida Riestra del Bajo Flores a las 16 de un día de abril poco otoñal. No había ningún indicio de las más de 100 personas que se reunirían ahí una hora más tarde. Protegidas por la sombra de un árbol frente a la Escuela n°4 del Distrito 19 y cuidando que sus hijos no cruzaran la calle, una docena de mujeres parecían esperar algún tipo de movimiento que originara lo que habían venido a hacer: merendar y militar.
La Multisectorial por la Escuela Pública, organización que reúne a otros organismos como la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) , coordinó un “merendazo” para manifestarse en contra del nuevo sistema de inscripción online impuesto por el Gobierno de la Ciudad para acceder a las becas alimentarias en las escuelas. Hasta el año pasado, eran los directivos de las escuelas-junto con los sindicatos- quienes distribuían las becas entre los alumnos de cada institución. El objetivo también fue exponer el recorte en las raciones de las comidas: “Nos mandan una mandarina para tres chicos”, afirmó Mana (36), docente de nivel inicial en el mismo distrito.
La Dirección General de Servicios a las Escuelas gestiona el Programa de Alimentación Escolar, y cuenta con un presupuesto de 3.505.331.394 pesos, aproximadamente tres veces mayor al presupuesto destinado a infraestructura escolar. (M.U.)
Empezaron a llegar autos con bolsas de donaciones de los vecinos. Los organizadores eran en su mayoría maestros, y muchos lucían un pin de “Aguante la escuela pública”. “Che, busquemos una sombra porque así no se puede”, pidió Manuel Lepes, docente de la escuela n°4. Entre tanto, ordenaba unas sillas negras de plástico con una cinta scotch en la que se leía “UTE”, y las disponía de forma semicircular en la calle. Otros acomodaban tablas de madera para apoyar las ollas grises que después estarían desbordadas de chocolate caliente.Patricia (50 años) y Mana (36), docentes de nivel inicial, describieron las repercusiones de la nueva medida en el barrio: “Acá mucha gente no tiene Wifi, y si no te inscribís, te jodés”, indicó Patricia. Los alumnos que no obtienen la beca deben abonar 110 pesos cada día por el desayuno y almuerzo o merienda y almuerzo, dependiendo del turno escolar al que asistan. Mana se une a esta protesta y reclama que el plan “chau paneras” no significó un cambio de hábitos en la alimentación, y que mientras los alumnos siguen consumiendo principalmente hidratos de carbono, la cantidad de frutas disponible no alcanza y llega en malas condiciones.
A las 17, empezó a sonar una murga en los altoparlantes colgados a cada lado de la mesa central, sobre la que pendía el cartel que decía “Con hambre no se puede estudiar”.En las sillas se sentaron los niños, y los adultos se quedaron parados detrás. Los mates empezaron a girar. Los cochecitos esperaban estacionados a un costado, y las mujeres repartían chocolate caliente, tortas fritas, galletitas de agua con dulce de leche y pan dulce despedazado en bandejas. Aldana (25) llegó de Bolivia hace siete años y manda a sus hijas Guadalupe (9) y Oriana (4) a la escuela n°12 del mismo distrito. Fue a la manifestación con su abuela, Cristina, quien se sentó en una de las sillas con una toalla en la cabeza para resguardarse del sol. “Vinimos para ayudar a la gente que no tiene qué comer”, declaró Aldana. La mayoría de los participantes declararon que estaban allí en apoyo a quienes sufrían las consecuencias de las medidas políticas, pero no aseguraron que las sufrieran en primera persona.
“El micrófono está abierto”, declaró Juan Manuel, principal referente de la Multisectorial. Los niños parecían inmunes a las voces que vociferaban que “el hambre y la miseria están planificados”, que “las políticas se aplican acá pero las decisiones se toman en Washington” y jugaban entre ellos. Todos los discursos conlcuyeron que la solución es ”sacar a Macri", para que el 9 de diciembre "sea el último día que gobierna la derecha en nuestro país”.
En el año 2012, el Gobierno de la Ciudad lanzó el sistema de inscripción online a las escuelas, proyecto que también generó polémica y evidenció que no había suficientes vacantes. (M.U.)
Ya cuando la sombra empezó a cubrir la calle, desde la plaza de en frente, Cristiano Barrientos (80) paseaba a su perro y sostenía su paso con una rama. Miró hostilmente la manifestación y solo declaró: ”Estos sindicalistas son el cáncer del país, son todos chorros”. Ya en los parlantes se oía la despedida que clamaba:”Compañeros, en unidad hasta la victoria, siempre”, y los cochecitos partieron colmados de tortas fritas.
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